Nuestro vicedecano, Mauricio Bravo, escribió una carta, junto a destacados protagonistas de la educación de Chile, para El Mercurio sobre la importancia que debe tener la Beca Vocación de Profesor.

Señor Director:

El país enfrenta un déficit estimado en más de 30.000 docentes para el año 2030. Este déficit es especialmente grave en asignaturas como Ciencias, Matemáticas e Historia, con proyecciones que indican una caída de hasta el 80%. Ante esta situación, la Beca Vocación de Profesor (BVP) en su modalidad para licenciados y profesionales, creada desde 2021, representa una solución prometedora para contribuir a mitigar esta crisis.

La Beca está diseñada para atraer a profesionales y licenciados de otras áreas que desean reconvertirse a la docencia. De este modo, permite reconocer la vocación docente tardía, aprovecha el capital humano existente y reduce significativamente el tiempo y los recursos necesarios para formar nuevos profesores desde cero. Así también, favorece que los nuevos docentes ingresen al sistema con una formación disciplinar sólida. Desde su implementación, más de 700 personas han accedido a este financiamiento, revitalizando un camino que había mostrado una preocupante tendencia a la baja.

No obstante, para maximizar el impacto de la BVP en esta modalidad, es crucial aumentar los cupos para obtenerla y eliminar barreras burocráticas que dificultan su postulación: el requisito de estar matriculado en un programa de formación pedagógica y la tardía entrega de resultados pueden desalentar a muchos potenciales postulantes.

Simplificar estos procesos y aumentar el número de cupos disponibles permitiría atraer a más profesionales comprometidos y capacitados para formar a las actuales y futuras generaciones, haciendo frente al déficit proyectado y, en definitiva, contribuyendo al objetivo de que cada estudiante tenga un profesor bien preparado.