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FORMACIÓN PRÁCTICA / Macarena Cantone / Pedagogía en Educación Básica con mención Inglés

Sin duda, realizar mi práctica profesional fue uno de los desafíos más grandes que viví durante toda mi carrera. Desde que anunciaron los centros de práctica me sentí intrigada de cómo era el Colegio Cree de Cerro Navia, por lo que comencé a investigar sobre su misión y valores. De inmediato pensé que era un centro educativo distinto, con una visión muy parecida a la que había aprendido durante todos estos años en la carrera. Parecía que todo se conectaba perfectamente. Las técnicas y rutinas aprendidas, los PAI -Prácticas de alto impacto-, etc.

Nada de lo que investigué en la página web se comparó a la experiencia real de estar ahí y ser una profesional más. Creo que este colegio es un excelente centro de práctica: el desafío de trabajar en un contexto como este es enorme, pero el aprendizaje también lo es. Más aún cuando cuentas con el apoyo de todo el equipo directivo y de docentes del establecimiento, quienes desde el primer día nos abrieron sus puertas y nos consideraron parte de su equipo.

Esta increíble experiencia se vio potenciada por todas las herramientas que me entregó la UDD durante estos años. Los ramos como Taller de práctica fueron esenciales, ya que en mis clases pude implementar casi todas las estrategias que fui aprendiendo a lo largo del tiempo. Estrategias que no solo sirvieron en la normalización de un curso numeroso (41 estudiantes), sino también en la optimización del tiempo y el poder ser capaz de entregar un aprendizaje de calidad a todos los estudiantes, potenciando tanto a los con mayores dificultades, como a aquellos más aventajados.

Por otra parte, la innovación y liderazgo también fueron aspectos muy relevantes en mi desempeño, puesto que debí estar constantemente innovando para poder satisfacer las necesidades de mis estudiantes, las que muchas veces iban más allá de lo académico. En un contexto tan vulnerable, las carencias emocionales son enormes, por ende, se observan dificultades para autorregular las emociones. Es por esto que junto con algunas compañeras, mientras cursábamos el ramo de Tecnología en la universidad, identificamos esta necesidad y creamos un proyecto tecnológico: “Calm Box”, que más tarde donamos a esta institución. Actualmente, el Colegio Cree tiene a su disposición una caja con diversos elementos que favorecen la autorregulación de las emociones, un proyecto que enmarca tanto el liderazgo como la innovación.

Pienso que este colegio cuenta con muchos elementos que lo vuelven tan especial. Dentro de esos, está su formación en valores como: Amamos, Podemos, Perseveramos y Aprendemos. Los cuales son parte de la cultura que se respira ahí. Se fomentan día a día, en cada momento posible. Desde en una clase de valores, hasta cuando un estudiante tiene dificultades para regular sus emociones o mostrar el autocontrol. Por otra parte, imparten una educación basada en la reflexión, metacognición y autonomía. En este colegio no se busca castigar al estudiante, sino ayudarlo a manejar correctamente sus emociones. Es por esto, que no hay inspectores ni inspectoría. Se cuenta con una sala llamada “cultura” donde trabajan psicólogos que ayudan a los estudiantes, que se capacitan en mindfuldness y Neyün. Todo esto, con el fin de abarcar una educación integral. Por último, el lenguaje que se habla en este lugar es distinto. Un lenguaje positivo, alentando al estudiante a cumplir sus metas, reforzándolo positivamente, en todo momento.

Es por esto, que considero que el Colegio Cree es una increíble oportunidad para perfeccionarte profesionalmente y desarrollar al máximo tus potencialidades.