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Buenas prácticas en mi Práctica – Javiera Adonis

Javiera Adonis
Pedagogía en Educación de Párvulos

Desde que entré a Pedagogía en Educación de Párvulos en la UDD, he tenido un total de cuatro prácticas, cada una en diversos contextos y enfocadas en temáticas distintas. Sin duda, este semestre fue el que más me ha marcado como educadora en formación. Comencé la práctica IV “Redes Sociales y Recursos de la Comunidad” en el jardín “Ángel de la Guarda” en Colina, institución de la Fundación Choshuenco, que se encuentra en un lugar con altos índices de vulnerabilidad. Tenía como objetivo proponer un plan semestral que potenciara una debilidad observada en la sala de clases, a través de cuatro distintas intervenciones (una entrevista de apoderados, una reunión/taller de apoderados, una intervención en sala y una intervención con la comunidad).

Para mi suerte, me tocó ser parte del nivel sala cuna mayor, el cual cuenta con 22 niños/as, cuatro técnicos (Loren, Lily, Claudia y Paula) y una muy dedicada educadora de párvulos (Blanca). En un comienzo me sentí insegura del nivel que me había tocado, ya que la mayoría de las prácticas a las que había asistido eran en primer nivel de transición, y no sabía cómo llevar a cabo diversas acciones e interacciones con este nivel. Las primeras semanas me dediqué a observar el trabajo del equipo educativo y a despejar todas las dudas que me iban surgiendo a lo largo de los días. Blanca y su equipo siempre estuvieron dispuestas a responder esas dudas, retroalimentarme, dar sugerencias sobre diversas intervenciones y hacerme sentir parte del equipo en sala. Al pasar algunas semanas, sentí que congeniaba muy bien con el equipo en sala y también con los niños/as, quienes me empezaban a reconocer.

Al pasar la primera intervención (entrevista de apoderados), me di cuenta del gran trabajo que hay detrás de sala, y de lo importante que es tener y formar redes familia-escuela en pro del desarrollo de los niños y niñas. Además, pude evidenciar que, gracias a un buen equipo pedagógico, el cual está siempre en sintonía (saben qué hacer y cómo hacerlo), los niños/as pueden desarrollarse de manera íntegra y adquirir todas las habilidades y destrezas necesarias para más adelante.

Otro punto que puedo destacar es la persistencia y constancia que tenía la educadora Blanca y su equipo con diversos aprendizajes. Para la intervención en sala que realicé, los párvulos escucharon de manera atenta un cuento sobre hábitos bucales y participaron activamente respondiendo preguntas sentados en cojines. Posterior a esto, cada uno tomó su cojín, lo guardó y se fue a sentar a su silla para trabajar en grupos chicos. Al finalizar la experiencia de aprendizaje, ayudaron a guardar los materiales, y cada uno dejó su silla ordenada para poder salir al patio a jugar. Paula, mi tutora de práctica, quien fue a observar esta instancia, estaba sorprendida de la autonomía de los niños y niñas de este nivel. Personalmente, yo nunca pensé que niños/as entre 1 y 2 años, fueran capaces de ser tan autónomos e independientes, pero al llegar el momento de implementar mi planificación, estaba totalmente segura de que conseguirían realizar toda la actividad sin problema alguno.

Gracias a esta práctica, al centro y sobre todo al equipo pedagógico, pude darme cuenta de la importancia de mi carrera, no solo porque sentamos las bases para posteriores aprendizajes, sino porque somos las responsables de generar un cambio y acortar la brecha de esos niños y niñas al brindarles diversas oportunidades a través de una educación de calidad. Solo espero poder brindar la mayor cantidad de aprendizajes a través del juego, la risa y el goce, para así lograr un cambio significativo en esos niños, y que en un futuro puedan ser quienes ellos esperan ser y no quienes se les impone ser.