La inclusión educativa en Chile no puede seguir siendo un discurso sin coherencia normativa. Hoy, dos medidas urgentes podrían transformar realmente las trayectorias de miles de estudiantes con discapacidad: la implementación de la doble matrícula asistida y la incorporación de las escuelas especiales a la Subvención Escolar Preferencial (SEP). Ambas propuestas buscan derribar barreras que el propio sistema ha construido.
La doble matrícula permitiría que niños y niñas asistan parte de su jornada a una escuela regular y parte a una especial, sin castigar financieramente a ninguna institución. Esto garantizaría continuidad pedagógica: apoyos pertinentes y una transición real hacia la inclusión. A su vez, incluir a las escuelas especiales en la SEP no es un privilegio, sino una deuda ética: sus estudiantes son, probablemente, los más vulnerables del sistema, y excluirlos de estos recursos perpetúa la desigualdad estructural.
Chile necesita avanzar hacia una red de colaboración entre escuelas regulares y especiales, donde estas últimas actúen como asesoras técnicas de los equipos docentes, fortaleciendo capacidades inclusivas y construyendo comunidades donde todos los estudiantes encuentren un lugar. Solo así, la inclusión dejará de ser una promesa retórica para convertirse en una política de justicia educativa.
Mauricio Bravo, Vicedecano Facultad de Educación UDD
Marcela Tenorio, Investigadora CIMA UDD
