Más de 40 mil niños se educan durante terapias y expertos llaman a reconocer aulas hospitalarias. La modalidad de enseñanza funciona en recintos sanitarios y a nivel domiciliario. Según especialistas, la falta de normativa genera impactos como la inestabilidad financiera, por lo que se necesita un marco regulatorio.
“Lucas tiene hospitalización domiciliaria y aunque su enfermedad es fuerte, él mentalmente está conectado con el mundo, entonces sabe cuándo viene su profesora, escucha cuando le leen, se comunica con la vista. Para mí y para él ha sido de gran ayuda que lo puedan integrar como a cualquier otro niño”, cuenta Nicole Muñoz sobre su hijo de 10 años y la experiencia que han tenido con la llamada pedagogía hospitalaria.
El niño, que hoy cursa 5º básico en el aula que se implementa en el Hospital de Rancagua, ha cursado toda su enseñanza básica bajo esta modalidad. “Lo han hecho partícipe de todo, incluso obras de teatro, en actos; por ejemplo, si en septiembre, como cualquier otro niño, él tiene que bailar, es incluido y eso es muy grato, que pueda existir ese vínculo”, dice la madre, que vive en Doñihue, a unos 20 minutos de la capital de O’Higgins.
En Chile más de 40 mil niños y adolescentes reciben clases en hospitales o de forma domiciliaria en medio de terapias, con el objetivo de evitar la deserción y mantener el vínculo educativo.
Sin embargo, esta forma de enseñanza aún no es reconocida oficialmente como una modalidad educativa por el sistema escolar. Para los expertos, la ausencia de un marco legal genera brechas en cuanto a financiamiento, desarrollo curricular y apoyo institucional.
A juicio de Marcela Tenorio, investigadora del Centro de Investigación para la Mejora de los Aprendizajes de la U. del Desarrollo, la ausencia del marco normativo genera “precariedad estructural que afecta directamente a los estudiantes, quienes enfrentan discontinuidades pedagógicas, falta de adaptaciones curriculares pertinentes y riesgos de desvinculación escolar. Para el profesorado, implica condiciones laborales inciertas, escasa formación especializada y ausencia de trayectorias profesionales reconocidas”.