Max Weber aborda las decisiones éticas como una tensión inherente en el actuar político y ético, radicada en la contradicción entre la convicción y la responsabilidad. En este contexto, varios alcaldes están enfrentados a la paradoja de traspasar o no sus escuelas y liceos a los nuevos Servicios Locales de Educación Pública (SLEP): La convicción versus la responsabilidad.
Por una parte, la ética de la convicción sostiene que se debe actuar según principios y convicciones personales sin considerar sus consecuencias. Estas personas creen en la importancia de mantenerse fieles a sus valores, independientemente de sus resultados. Por otra parte, la ética de la responsabilidad implica considerar los efectos de las acciones. Quienes siguen esta ética toman decisiones basándose en los resultados posibles y asumen la responsabilidad por ellas.
Weber argumenta que estos dos enfoques entran en conflicto al momento de tener que decidir, especialmente en política. Desde esta perspectiva, un alcalde podría decidir traspasar los colegios a los nuevos SLEP bajo la convicción de que este sistema es mejor para alcanzar calidad y equidad educativa, sin considerar que no ha podido dar garantía de aquello, peor aún, ha cimentado dudas significativas de lograr realmente los propósitos para los cuales fue creado.
En la otra vereda, la decisión de mantener los colegios bajo la administración municipal podría ser analizada desde la ética de la responsabilidad, donde el alcalde considera las consecuencias negativas que podría tener el traspaso de los colegios a los SLEP, más aún, en algunos municipios que han demostrado sostenidamente mejores resultados de aprendizajes, mejores tasas de asistencia escolar, mayores niveles de inversión municipal, entre otros. Así, mantenerlos podría significar una mayor responsabilidad ética porque además sabemos que sostener establecimientos escolares puede transformarse en un gran dolor de cabeza para la gestión alcaldicia.
No obstante, la paradoja weberiana surge porque actuar exclusivamente bajo la convicción puede llevar a resultados negativos, mientras que seguir únicamente la responsabilidad podría comprometer principios programáticos o políticos. En este escenario, una reflexión profunda sobre ambas éticas son esenciales para no comprometer las trayectorias educativas y profesionales de las actuales generaciones escolares.
Para resolver esta paradoja se releva la necesidad de un análisis profundo y una deliberación ética que tome en cuenta tanto las convicciones como las responsabilidades. Así, mientras los SLEP no muestren resultados positivos en distintos contextos, parece responsable que algunos alcaldes decidan no sumarse; no obstante, más acertado sería que los sostenedores municipales, con buenos resultados sostenidos en el tiempo, puedan mantener sus escuelas, lo que requerirá menos convicción y más responsabilidad con los procesos educativos y los estudiantes.
Por Mauricio Bravo, vicedecano Facultad de Educación, Universidad del Desarrollo