El encuentro fue parte del Festival Aprender, actividad enfocada en generar un espacio para expandir el aprendizaje más allá de las fronteras tradicionales, recuperando el asombro, la curiosidad, el descubrimiento y el placer por aprender.
Este sábado 6 de enero, la directora de Formación Práctica de la Facultad de Educación de la Universidad del Desarrollo, María Luisa Salazar, participó en el conversatorio Aprendizaje en la Naturaleza, del Festival Aprender, organizado por la consultora en educación AP21 y Fundación Mustakis, en el que se discutió cómo la naturaleza activa el aprendizaje.
“Los docentes sienten temor de dejar que los niños exploren y jueguen de manera libre, porque piensan que se alejarán de los contenidos y del curriculum que el Ministerio obliga a tratar”, explica María Luisa, “pero no es así, sabemos que en la naturaleza o en el ambiente exterior, podemos trabajar los mismos objetivos de aprendizaje desde una manera más enriquecedora, profundizando en elementos científicos, matemáticos, culturales o artísticos, con un aprendizaje que nace desde el interés de los niños, con una curiosidad absoluta, mucho más auténtica y significativa”.
Acompañando a nuestra directora en Formación Práctica, participaron de este conversatorio Pauline Oliger, de la Fundación Club del Bosque, y Lorena Medina, ex Decana de la Facultad de Educación de la PUC y directora alterna del Cape Horn International Center. El conversatorio fue moderado por Enrique Rivera.
“Desde la Universidad del Desarrollo buscamos formar educadores y profesores que puedan impactar en la sociedad desde el ámbito de la educación al aire libre. No solamente que sepan liderar estas escuelas maravillosas que trabajan la educación desde la naturaleza, sino que también sean capaces de impactar en un jardín infantil Junji, en una comuna como Santiago centro por ejemplo, con muy pocas áreas verdes, donde puedan potenciar los beneficios de trabajar en el exterior, como parte del aprendizaje y las experiencias de sus estudiantes”, afirma María Luisa.
“Para lograr esto, debemos ser capaces de derribar ciertos mitos, trabajar fuertemente desde la comunidad, logrando que los apoderados entiendan que va a haber niños más sucios, que corran ciertos riesgos controlados, al trabajar en altura o con ciertas herramientas. Entender que no es necesario pasar contenidos matemáticos por ejemplo, solo con una ficha, sino que se puede ir afuera y juntar hojas o piedras, y que con ese material concreto aprendan a contar”, concluye.
Revive el conversatorio aquí.