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Educación UDD celebra el Día del Profesor con foco en el cuidado emocional de los docentes

La invitación convocó a profesores colaboradores de los centros de práctica y docentes de la Facultad de Educación con el objetivo de generar un espacio de reflexión en torno a los resguardos emocionales que deben potenciarse entre los profesores.

Este martes 17 de octubre la Facultad de Educación UDD realizó la celebración del Día del Profesor, con el conversatorio “Cuidados emocionales para docentes”, que contó con la participación de un panel de expertos compuesto por María José Palmero, psicóloga y creadora del método PUENTE, para el desarrollo personal docente para la educación consciente; Viviana Hojman, psicóloga educacional y doctora en educación; y Francesca Grez, profesora de Historia e investigadora del Programa de Formación Pedagógica UDD en competencias socioemocionales, quienes compartieron sus reflexiones y recomendaciones para el bienestar socioemocional de los docentes.  

Gilda Bilbao, directora del Programa de Formación Pedagógica UDD y moderadora de esta instancia, dio inicio al encuentro con la reflexión de que “enseñar es, sin lugar a dudas, una de las profesiones más desafiantes que existen. No solo se trata de transmitir información, sino de inspirar, motivar y nutrir el crecimiento intelectual y emocional de generaciones enteras”, agregando que “por tanto, en un día dedicado a los profesores, es crucial recordar la importancia del autocuidado y del apoyo necesario para sobrellevar las demandas de esta noble profesión. El bienestar de los profesores es fundamental, no solo para su propia salud y felicidad, sino también para su capacidad de brindar una educación de calidad”.

Entre los principales puntos discutidos se encuentra la necesidad de empatizar y abordar los temas emocionales en el aula, es decir, entender que hacer una clase no solo implica las materia y lógica de una asignatura, sino que también se ven reflejados los aspectos más humanos de los profesores y de los alumnos. Las tres expertas coinciden y reafirman que una clase puede verse fuertemente influenciada por la prosa, emociones y sentires de los implicados.

Es por lo anterior que el llamado principal fue a escuchar y ser empáticos dentro del aula. “Yo creo que todos vivimos con problemas que lidiar, por lo que generar espacios de autoprotección, donde se escuche activamente al otro, termina siendo mucho más beneficioso para afrontar y poder solucionar estos problemas. La responsabilidad debe ser colectiva”, declaró Francesca Grez.

Así mismo, las profesionales no solo hicieron hincapié en abordar los temas mencionados en jardines, escuelas o colegios, sino también en instituciones, organizaciones, universidades y demás espacios donde exista convivencia. “Tener instancias para conversar, escuchar, tener más puntos de vista, sin contar con el miedo del juicio, el despido u otras repercusiones, es crucial”, concluyó Francesca.

Otro aspecto que se analizó fue cómo los educadores están sometidos a diversos estímulos, lo que lleva a presentar altos niveles de estrés, angustia y agotamiento en la profesión. En base a lo anterior, María José Palmero hizo referencia a la forma de formar a los nuevos educadores, “cuando somos formadores estamos acostumbrados a guiar y dar instrucciones. Pero si pudiésemos poner más énfasis en escuchar a nuestros futuros docentes, podríamos comprender desde dónde están surgiendo ciertas problemáticas, para así facilitar los aprendizajes y formar a jóvenes menos estresados y agotados”.

Finalmente, las docentes reflexionaron acerca de lo poco tratado que está el tema de la ayuda que le puede brindar un educador a un alumno en el aula, es decir, hasta dónde competen sus responsabilidades y cómo puede abordar determinadas situaciones. Sobre esto, Viviana Hojman señaló que “no hay nadie más experto en hacer clases en aula, que un educador. Sin embargo, en la medida que no hay espacio para reflexionar juntos sobre el tema de la ayuda a los alumnos, es difícil pensar hasta dónde llega mi responsabilidad sobre un niño, es decir, cuando se va más allá del aula. Hay que decidir hasta qué punto un problema se resuelve en el aula y cuáles serán las herramientas que necesitaré para resolver tal problema”.

La jornada finalizó con un sorteo de cinco premios repartidos al azar entre los asistentes, donde las educadoras y profesoras recibieron becas económicas para realizar un curso y diplomado de la Facultad de Educación, además de 3 set de legos de programación y tecnología.