Señor Director:
Esta semana fue el Día Mundial de Concientización del Autismo y en Chile lo celebramos con buenas noticias: la reciente promulgación de la ley Tea, la cual establece la atención integral de las personas que se encuentran en el espectro, poniendo foco en la protección de sus derechos y en la inclusión.
Esto permitirá, por una parte, concientizar a la sociedad sobre esta condición y por otra, generar los ambientes requeridos para que niños, niñas, adolescentes y jóvenes neuro diversos, puedan acceder a una educación donde no se les invisibilice y, menos, se les discrimine.
Para ello, será necesario recorrer un camino donde los espacios educativos se verán desafiados no solo a reconocerlos y a darles la importancia que se merecen, sino que también a aprender cómo incluirlos.
En la formación de profesores será estrictamente necesario profundizar en estas temáticas y eso implica cambiar de paradigma desde la práctica y no solo desde el discurso.
Es un deber de los profesores conocer a los estudiantes a los que están enseñando; comprender su diversidad; considerarla en sus planificaciones y dejar de actuar como si todos los niños, aprendieran y sintieran de la misma forma. Reconocer las necesidades y diferencias de cada alumno impactará en el logro de sus aprendizajes y en el desarrollo de una autoestima sana, que les permitirá valorarse por quiénes son.
Es un deber de los colegios imponer la misión de que las diferencias unan y no separen.
Comprender, atender, incluir y trabajar con la diversidad, es una deuda que aún tenemos pendiente y que esta ley nos obliga a no seguir evadiendo.
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