El sistema escolar enfrenta hoy múltiples desafíos. En este contexto, una pregunta que debemos plantearnos es si los equipos directivos de los establecimientos están preparados o no para afrontar estos retos y para dar respuesta a las nuevas exigencias que impone la sociedad a todos los actores educativos.
Dentro de este escenario -y a consecuencia de lo anterior- los líderes escolares se encuentran permanentemente tensionados, lo que los obliga a estar buscando continuamente nuevas estrategias para fortalecer su gestión y mejorar los aprendizajes de sus estudiantes.
Todo ello se acentúa para quienes lideran los liceos técnico profesionales del país, por cuanto sus estudiantes enfrentan complejidades que son muy particulares: inserción en el mercado laboral, aprendizajes con recursos insuficientes, alta vulnerabilidad, entre otros.
Por ello, quienes lideran este tipo de establecimientos deben poner a disposición todas sus capacidades. En este marco, adquiere gran importancia la figura del jefe de producción, profesional a cargo de la formación diferenciada TP, que debe cumplir funciones que son clave para los procesos formativos de los estudiantes: coordinar la práctica profesional, liderara docentes de distintas especialidades, asegurar altas tasa de egreso y titulación, entre muchas otras.
Considerando que hoy existe consenso en la idea de repensar los liderazgos escolares, nos encontramos ante una gran oportunidad para relevar el rol delos líderes delos liceos técnicos profesionales y, en particular, legitimar el rol del jefe de producción, clave en el apoyo de los procesos formativos delos más de 155 mil estudiantes que cursan la enseñanza media técnico profesional en poco más de 930 liceos a lo largo de todo el país.
Armando Rojas Jara, Universidad del Desarrollo