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[Columna] Educación y pandemia: el desafío no es solo tecnológico

Martín Valdivia
Director Centro de Innovación y Tecnologías Educativas
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Ningún equipo educativo estaba preparado para el impacto de una pandemia como la provocada por el Covid-19, que los obligó a suspender las clases presenciales, cambiar los paradigmas y modelos establecidos, e innovar en plataformas, metodologías y maneras de relacionarse con su comunidad.

En la UDD llevamos años en este camino de transformación digital. Las clases virtuales han sido, sin duda, una de las experiencias más intensas. Hoy tenemos a más de quince mil alumnos y dos mil profesores interactuando todos los días a través de la plataforma Canvas. Sin embargo, esta es solo una de las muchas expresiones de educación a distancia: simulaciones con realidad virtual, metodologías activas, conferencias online y foros de discusión, son también parte de lo que hemos desarrollado, y sabemos que han tenido buenos efectos.

Sin duda, esta experiencia ha sido más compleja y dispar en los colegios. Cada comunidad educativa tiene desafíos propios, por eso el éxito de la educación a distancia estará determinado por el conocimiento que tengan los profesores, de la realidad que viven sus estudiantes y en cómo pueden diseñar actividades que generen desarrollo en esos niños y niñas. Podríamos decir que esto se da en el diseño instruccional del curso, o en cuán activos estén los estudiantes en su aprendizaje, pero si no tienen internet, su familia enfrenta problemas económicos y comparten su lugar de estudio con otras 10 personas, el éxito puede estar en la contención socioemocional antes que en un contenido aprendido.

Respecto a este tema se ven dos problemas en distintos niveles. El primero es la comunicación que existe entre las familias y los colegios. Hemos visto una presión desmedida por hacer que los colegios impartan tantas clases como lo hacían de manera presencial, a muchos traspasando todo a videoconferencias y obviando el desafío pedagógico que eso supone, o cargándole la mano a los mismos padres, que en la mayoría de los casos no tienen el tiempo ni el conocimiento para apoyar con la intensidad que se requiere. El segundo tiene que ver con la realidad de los hogares en Chile. Según un estudio reciente de Idea País, casi el 10% de la población vive hacinada y de ellos, casi el 30% son menores, y según la encuesta publicada por Educación 2020, solo un 20% de los estudiantes cuenta con las condiciones adecuadas para el aprendizaje virtual.

La solución a estos desafíos está en la innovación, y la pregunta clave es ¿estamos realmente innovando por usar tecnología? No necesariamente. Para que le llamemos innovación a algo, tiene que cumplir dos condiciones: ser novedoso y funcionar mejor que la opción alternativa en algún sentido. Muchas veces la tecnología permite mayor eficiencia, efectividad o equidad en un proceso educativo, pero otras veces no, y forzar su uso en estos casos podría ser contraproducente.

La innovación tiene que estar guiada por las necesidades de los estudiantes, y por esto tenemos que pensar en las condiciones que hay para la educación a distancia en el contexto actual: Ya no hay supervisión directa del profesor, no hay compañeros de curso y muchas veces tampoco un ambiente adecuado para estudiar. Por esta razón, además de las habilidades que siempre se han buscado, creemos que es importante desarrollar otras tres. En primer lugar, la facilidad de adaptación o flexibilidad les permitirá a los alumnos aprender en distintos contextos y con metodologías diversas. Algo a lo que se enfrentarán también en su futuro laboral. En segundo lugar, el pensamiento crítico les dará la posibilidad de evaluar fuentes y desarrollar sus temas de interés más allá de las clases a distancia. Finalmente, la autogestión y organización harán que el estudiante pueda sacar mayor provecho a su educación, permitiéndole no solo aprender en clases, sino también disfrutar de momentos de ocio y recreación que son más que necesarios en este tiempo.

Para apoyar a los colegios en este proceso, creamos UDD Educa, un proyecto interdisciplinario cuyo objetivo es compartir los aprendizajes que hemos logrado en este tiempo y ser un aporte a sus comunidades educativas, disponiendo recursos y compartiendo buenas prácticas. Creemos que el desafío actual no es tanto tecnológico como pedagógico, estamos convencidos de que la creatividad y colaboración de los profesores son claves para que surjan grandes cosas, y nuestra intención es apoyarlos para que así sea.

Columna originalmente publicada en La Tercera Online.