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Actualidad

[Columna] El aprendizaje en tiempos de crisis

Alejandra Moreno
Coordinadora Curricular (i)

“En la mente del principiante hay muchas posibilidades,
pero en la de los expertos hay pocas”.
Zen monk Shunryu Suzuki

La actual crisis sanitaria generada por el COVID-19 nos ha llevado a vivir un período excepcional, que entre otras cosas ha significado un cambio radical para Universidades e Instituciones de Educación Superior. Por un lado, las tecnologías se consagran como la gran alternativa para poder dar continuidad a los procesos de enseñanza-aprendizaje. Por otro, implica a los docentes la necesidad de adaptarse rápidamente, reorganizar planificaciones, aprender a usar diversas herramientas digitales, desarrollar nuevas metodologías y lógicas de relación virtual con los estudiantes. En ese contexto, es importante tener presente algunas recomendaciones y reflexionar sobre esta nueva realidad.

En primer lugar, sabemos que los docentes son en general expertos en sus campos de trabajo e investigación, tienen experiencia enseñando, y de un momento a otro, han vuelto a ser principiantes en varios sentidos. Ya sea porque han tenido que aprender a usar nuevos recursos digitales, enseñar de formas totalmente distintas o probar nuevas estrategias. Esto sin duda requiere una actitud de apertura, ajustar las propias expectativas,  ir paso a paso, elegir los focos y/o mínimos con los cuáles se va a empezar, para luego ir complejizando lo que se está haciendo. En ese sentido, es necesario asumir que éste, probablemente, será un proceso donde se va a experimentar más “fracasos” que en un período normal. Frente a esto, solo hay que recordar que el error puede (o debiera) ser un elemento muy poderoso para el aprendizaje, en la medida que movilice en vez de paralizar (como muchos seguramente transmiten a sus alumnos). Probar, aprender de lo que funcionó y de lo que no, reformular, y volver a experimentar, debiera ser la tónica de estos nuevos tiempos.

Asimismo, debido a que para la gran mayoría de los docentes ésta es una situación frente a la que hay poca experiencia previa y en la que todos estamos aprendiendo durante el proceso, ahora, más que nunca, es clave que las comunidades educativas puedan actuar en red y aprender en conjunto sobre cómo enseñar bajo estas nuevas condiciones. Compartir estrategias, ideas, actividades, prácticas, recursos, problemáticas y soluciones es esencial, especialmente apoyándose en quienes tienen más competencias digitales o quienes están teniendo buenas experiencias. Ya sea a través de reuniones formales en equipo; compartiendo  experiencias con colegas con quienes se tiene confianza; formando un grupo por whatsapp; observando algunas de las videoconferencias de otros pares y/o sus aulas virtuales. Todo suma para hacer que este proceso sea más efectivo, fácil y, también, más grato.

Por último, si bien nadie puede negar que este período está siendo sumamente exigente para los docentes, no hay que dejar de observar esta experiencia como una enorme oportunidad de aprendizaje y desarrollo. Probablemente, para muchos ya es evidente el salto exponencial que han logrado, en pocos días, en relación a sus propias competencias digitales; en las nuevas herramientas digitales que ahora son capaces de manejar;  en el tipo de usos que les están dando para sacarle cada vez más partido durante el proceso de enseñanza. Con seguridad, éste ha sido para muchos un período en que han desplegado al máximo su creatividad y capacidad de innovar, flexibilizar, aprender por cuenta propia. Algunos, incluso, se pueden haber visto sorprendidos en el camino, disfrutando de sus nuevas habilidades. Aunque, por cierto, ésta no sería la forma que habríamos “elegido para aprender”, eso no significa que no se estén sembrando semillas que probablemente van a dar nuevos e inesperados frutos cuando se haya retomado la normalidad.

Reconocer y valorar cada logro, por pequeño que parezca, no solo es importante para un período de esta complejidad, sino que es lo justo frente al enorme esfuerzo de tantos docentes que están haciendo posible que miles de jóvenes no vean interrumpida su oportunidad de seguir aprendiendo, y de paso seguir formándose para lo que es la vida: un escenario incierto en el cual constantemente debemos adaptarnos y aprender a gestionar los cambios.