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Actualidad

20 profesores innovadores, indispensables, irreemplazables e inspiradores

 

M. Josefina Santa Cruz
Decana Facultad de Educación UDD
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Hace algunas semanas, 20 profesores innovadores, indispensables, irreemplazables e inspiradores fueron aplaudidos, celebrados y reconocidos por sus comunidades y por el subsecretario de Educación, Raúl Figueroa, en una ceremonia inolvidable. Todos ellos fueron finalistas del concurso “Enseña Sustentable” en el que se unieron una universidad privada, una universidad pública, una fundación, una empresa social y CORFO. El esfuerzo articulado de todos ellos permitió poner de relieve el trabajo—tantas veces invisible —de muchos profesores que, junto a sus alumnos, están transformando su propia vida y la de sus comunidades.

El premio buscó, en las regiones Metropolitana y del Maule, a los docentes que estuvieran realizando prácticas pedagógicas orientadas a los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU para el 2030.

Además de reconocer el valioso trabajo que estos profesores realizan, los organizadores de la convocatoria también ofrecieron talleres de sustentabilidad para los semifinalistas y mentorías en innovación social para los finalistas. Los métodos implementados por los profesores reconocidos serán recogidos en un libro con el fin de promover buenas prácticas.

Los 20 proyectos finalistas mostraron diferentes aproximaciones a la sustentabilidad y demostraron que sus prácticas son excelentes oportunidades de aprendizaje y de integración con las comunidades.

Algunos de los proyectos incluían la purificación y el acopio de agua de lluvia con fines agrícolas. Otros profesores incentivaron la reutilización de materiales, por ejemplo, creando juegos para niños, invernaderos y huertos con neumáticos y botellas plásticas. También, varios trabajos promovieron el uso de tecnología para la resolución de problemas, como la búsqueda de energías alternativas y la creación de robots para optimizar el riego.

Los estudiantes que estos profesores atienden van desde preescolar hasta enseñanza media, lo que demuestra que nunca es demasiado temprano para promover aprendizajes en torno a la sustentabilidad.

El ganador fue el proyecto del profesor Exequiel Coñoman, de la Escuela Ema Sepúlveda de Lobos en San Javier, donde enseñan a jóvenes con necesidades especiales. Convencido de que sus estudiantes pueden contribuir a la sociedad, el profesor Coñoman les enseñó a criar caracoles para producir crema artesanal que ellos mismos envasan y venden. En enero viajará a Nueva York a conocer la experiencia de escuelas que han sido reconocidas mundialmente  por su trabajo hacia el desarrollo sustentable.

Los profesores finalistas del Premio Enseña Sustentable impresionaron con su entusiasmo y dedicación, y con justa razón porque sus proyectos demostraron que se puede enseñar a los estudiantes contenidos y habilidades útiles para resolver problemas locales y reales.

También nos recordaron que los lugares para el aprendizaje son más amplios y más diversos que la sala de cuarenta escritorios y que la mejor forma de motivarlos es enseñándoles a poner su aprendizaje al servicio de la comunidad.