Al enseñar inglés a niños, muchas veces los profesores de inglés utilizamos canciones, rimas y chants en nuestras clases como una forma entretenida de exponer a los estudiantes a la lengua extranjera. Sin embargo, debemos estar conscientes que este tipo de actividades son un valioso recurso siempre que sean parte de una planificación, cuyo objetivo final sea que los alumnos participen en intercambios orales que reflejen situaciones de la vida real.
Nuestra meta al trabajar con la expresión oral en clases es lograr que los niños puedan interactuar en situaciones reales usando la lengua extranjera que están estudiando. Lamentablemente, es común apreciar que los alumnos pasan gran parte del tiempo de la clase de inglés realizando actividades muy controladas, especialmente del tipo de repetición de expresiones o sustitución de elementos. En este tipo de tareas se incluyen canciones, rimas y chants. El problema es que tal como lo señala Spratt (2005), estos ejercicios son limitados en relación a la producción oral puesto que se focalizan en la precisión lingüística y no en la comunicación.
Evidentemente, antes de establecer una comunicación más espontánea, es necesario enfocarse en el lenguaje. Pero esto es solo la primera parte del proceso. La planificación de una clase de inglés debe considerar tres etapas más. La segunda etapa es diseñar actividades controladas que recrean situaciones comunicativas, pero en las cuales, los estudiantes no tienen aún la oportunidad de elegir el mensaje. El tercer paso es plantear actividades que entreguen a los estudiantes algún tipo de elección en relación al mensaje que quiere entregar. Finalmente, se deben planificar actividades que permitan a los alumnos crear mensajes originales en contextos comunicativos reales utilizando el lenguaje estudiado en clases. Si las clases de expresión oral siguieran este proceso, los niños estarían en condiciones de expresar sus ideas, sentimientos y opiniones en inglés.
Usar canciones, rimas, chants y expresiones fijas es una buena forma de comenzar el proceso para el desarrollo de la expresión oral. Lo importante es recordar que esto es solo el primer paso y que la planificación debe incluir actividades que van desde la repetición hasta la posibilidad de expresar ideas de manera libre. Así podremos lograr que nuestros estudiantes puedan expresarse en inglés en contextos comunicativos reales al terminar la enseñanza básica.