El 4 y 5 de octubre tuve la oportunidad de representar a la Facultad de Educación de la Universidad del Desarrollo en el III Encuentro Nacional de Actores de la Formación Inicial Docente, que tuvo como tema central la incorporación del enfoque de género en la formación de profesores. En esta actividad participaron decanos, académicos y estudiantes de todo el país, reunidos en las dependencias del CPEIP del MINEDUC.
La incorporación del enfoque de género en las políticas públicas sobre educación, fue una solicitud expresa emanada desde la presidenta de la República Michelle Bachelet para el año 2016, tal como lo fue en el 2015 el tema de la formación ciudadana; para su cristalización, el área de formación inicial encabezada por Cristián Sánchez, desplegó un dispositivo de participación que consistió en la creación de mesas de trabajo, conformadas por: académicos de las universidades con formación de profesores de todo el país, miembros de la Unidad de Equidad de Género (UEG), dependiente de la Sub-secretaria de Educación, liderados por Mauricio Manquepillan y representantes de la Secretaria Técnica de Inclusión del CPEIP.
Las mesas de trabajo realizaron tres tareas fundamentales. La primera fue entregar orientaciones para establecer dimensiones que a su vez permitieron la elaboración de un instrumento de diagnóstico que pudiese dar cuenta del estado del arte en relación a la incorporación del enfoque de género en las diferentes casas de estudio; lo segundo fue la aplicación del instrumento, para finalizar con la sistematización de los datos y la reflexión en torno al escenario actual.
En la jornada nacional, se expusieron los resultados del diagnóstico a partir de la división de las universidades por zonas. Los resultados mostraron una realidad bastante común, evidenciando una escasa o nula presencia del enfoque en las diferentes carreras de educación, por ejemplo: no se hace alusión en los perfiles de egreso, ni en las misiones o visiones de las facultades de educación; solo se ve esta temática en algunos cursos relacionados con inclusión y derechos humanos. También se estableció que es desde los mismos estudiantes de donde nacen las exigencias para abordar los temas de género, como es el caso de Diversa UDD, organización que funciona desde este año en nuestra universidad.
Ahora bien ¿qué significa incorporar este enfoque en el contexto de la educación? Para dar respuesta a esta interrogante es necesario mencionar que los estudios de género pertenecen al ámbito de las ciencias sociales como un elemento central para la cultura, surgiendo específicamente desde el feminismo, que instala una perspectiva crítica en torno al rol asignado a la mujer por parte de la cultura patriarcal; es así como el enfoque de género viene a develar no solo los roles asignados a mujeres y a hombres, sino que se abre a la discusión acerca de estas categorías instaladas en la cultura a modo de status quo. Hablar de género hoy, permite observar con nitidez las desigualdades generadas a partir de la heteronormatividad y la supremacía del patriarcado que ha puesto en un nivel inferior no solo a las mujeres sino también a cualquier expresión de diversidad sexual.
Chile adscribe a normativas universales en torno a derechos humanos y garantiza a partir de acuerdos firmados la entrega de educación sin restricción a todos los ciudadanos del país, por ejemplo lo establecido en la “convención para la eliminación de todas las formas de discriminación en la esfera de la enseñanza” UNESCO (1960) o la “convención sobre la eliminación de todas las formas de Discriminación contra la mujer” CEDAW (1979). Es más, en la Ley General de Educación (N° 20.370) se plantea expresamente: “Es deber del Estado velar por la igualdad de oportunidades y la inclusión educativa, promoviendo especialmente que se reduzcan las desigualdades derivadas de circunstancias económicas, sociales, étnicas, de género o territoriales, entre otras” (Art 4°).
Bajo esta perspectiva y normativa vigente, resulta imperioso incorporar el enfoque de género en la educación en general, pero resulta aún más necesario formar en esta temática a los futuros profesores quienes podrán marcar las diferencias en la sala de clases, serán ellos los encargados de erradicar las prácticas sexistas de las aulas y quienes deberán liderar los procesos de inclusión y apoyo, para quienes sientan vulnerados sus derechos, para que no exista deserción escolar ni por temas de género ni otro que marque una diferencia ante la cultura rígida que nos ha sido impuesta y podamos avanzar hacia la igualdad y una convivencia armónica entre los seres humanos.