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¿Sabías que… La práctica sistemática de actividad deportiva está asociada a un mejor rendimiento académico?

En una sociedad en donde cada vez se valoran más los contenidos duros, el deporte ha sido desvalorizado como herramienta educativa. Sin embargo, la evidencia muestra que la práctica sistemática de actividad deportiva correlaciona significativamente con un mejor rendimiento académico en los alumnos y una mejor calidad de vida.

En la literatura abundan investigaciones que avalan la asociación entre la práctica de actividad deportiva y una mejor salud física y mental, además de mejores índices de rendimiento académico. Un estudio realizado en 2006 en Estados Unidos en una muestra de adolescentes concluyó que la participación en clubes escolares y deportes organizados estaban directamente asociados con mejores índices de ajuste académico y psicológico, y menores niveles de uso de alcohol y drogas. En el mismo país, en 2010, otro grupo de investigadores observaron que las adolescentes mujeres que no practican actividad física se encontraban en un mayor riesgo de padecer algún tipo de depresión. Esto se explica a partir de la secreción de hormonas producida por la actividad física, las que favorecen un aumento en el estado de ánimo. Observaron, además, que la práctica de actividad física mejora el auto concepto de las adolescentes, lo que también actúa como factor protector ante trastornos del ánimo. A partir de esto, sugieren que el aumento en la realización de actividades físicas colabora en la prevención de enfermedades del estado de ánimo y también ayuda a disminuir los síntomas de depresiones ya establecidas en las adolescentes.

Un meta análisis realizado en 2008 por Trudeau y Shephard, concluyó que aumentar las horas de educación física en un contexto curricular, puede mejorar el rendimiento académico de los alumnos, ya que aumenta la capacidad de concentración, memoria y correlaciona con un mejor comportamiento en la sala de clases, así como con un mejor rendimiento cognitivo e intelectual. Esto puede verse explicado, en parte, ya que este tipo de actividades aumentan el compromiso con el colegio y mejoran la autoestima, los que de manera indirecta, afectan fuertemente el logro académico.

En nuestro país, un estudio realizado en el 2014 encontró una relación importante entre la práctica regular de actividad física y el rendimiento académico medido a través de la prueba SIMCE, donde aquellos estudiantes que dedicaban más de 4 horas semanales a realizar ejercicio físico sistemático aumentaban sus probabilidades de alcanzar un nivel suficiente en la prueba SIMCE de lenguaje y de matemáticas en comparación con estudiantes que dedicaban menos de 2 horas.

Aun cuando los estudios avalan la importancia de la práctica deportiva en los y las adolescentes, la realidad nacional dista de ser alentadora. El estudio chileno recién mencionado arroja resultados impactantes en cuanto a la inactividad física de los escolares chilenos: sólo un 10% de los estudiantes declararon compromiso con un estilo de vida activo, mientras que el 80% mencionó dedicar menos de 2 horas a realizar actividad física. Estos datos son corroborados por los últimos estudios realizados en Chile por el Minsal (2010), en donde se observa que un 20,7% de los jóvenes de entre 15 y 24 años presenta en promedio una baja actividad física, afectando por sobre todo a las mujeres con 28,9%, quienes a su vez, son las que más se ven afectadas por síntomas depresivos en el último año, con una prevalencia del 21,7% versus una prevalencia del 7,6% en el sexo masculino.

Sabiendo que la práctica sistemática de actividad deportiva se correlaciona con mejores resultados académicos, menor índice de uso de alcohol y drogas, y especialmente con menores índices de depresión y baja autoestima, ¿no debería ser prioridad para nosotros como educadores, promover el deporte como parte fundamental del currículum escolar?

Sophie Morizon
Coordinadora (i) Área de Psicología
[email protected]

Referencias Bibliográficas
Correa-Burrows, P., Burrows, R., Ibaceta, C., Orellana, Y., & Ivanovic, D. (2014). Physically active Chilean school kids perform better in language and mathematics. Health promotion international, dau010.
Fredricks, Jennifer A.; Eccles, Jacquelynne S. (2006). Is extracurricular participation associated with beneficial outcomes? Concurrent and longitudinal relations. Developmental Psychology, Vol 42(4) 698-713. doi.org/10.1037/0012-1649.42.4.698
Jerstad, S. J., Boutelle, K. N., Ness, K. K., & Stice, E. (2010). Prospective reciprocal relations between physical activity and depression in female adolescents. Journal of Consulting and Clinical Psychology, 78(2), 268-272. Retrieved from http://www.pubmedcentral.nih.gov/articlerender.fcgi?artid=2847789&tool=pmcentrez&rendertype=abstract
MINSAL (2010) Encuesta Nacional de Salud. Informe ENS 2009 – 2010 Cap.5 – Resultados. Recuperado desde http://www.encuestasalud.cl/ens/wp-content/uploads/2011/09/InformeENS_2009-2010_CAP5.pdf
Trudeau, F., & Shephard, R. J. (2008). Physical education, school physical activity, school sports and academic performance. The international journal of behavioral nutrition and physical activity, 5(1), 10. BioMed Central. Retrieved from http://www.pubmedcentral.nih.gov/articlerender.fcgi?artid=2329661&tool=pmcentrez&rendertype=abstract