Las formas del recuerdo son historias, pobladas de personajes, acontecimientos, ambientes, tiempo, entre muchos otros elementos que configuran el universo narrativo. En palabras de Mendoza (2004) “la memoria es narrativa en un doble sentido, como relato de progresión de acontecimientos en el hilo del tiempo y como conformación de una trama (con actores, escenarios y acciones)” (p.6).
Recordamos fácilmente las historias de nuestra infancia, el cómo se conocieron nuestros padres o qué ocurrió en nuestras vacaciones; también están en nuestra mente las leyendas, los mitos y todas las tradiciones del folclore oral. Antes de la invención de la imprenta, los juglares y trovadores transmitían los relatos de los héroes o dioses, a través de los cantares de gesta, romances o poemas épicos, todas historias en forma de versos, que sobrevivieron a través de los siglos sin necesidad de escritura, recurriendo a la rima y musicalidad como una herramienta de lucha contra el olvido.
Bartlett, Halbwachs y Vygostsky, se refirieron al concepto de memoria colectiva, definida como un cúmulo de narraciones que están en la base de nuestra cultura y que se van transmitiendo de generación en generación en un contexto social. Bruner (1990) planteó que la historia de la humanidad se da a partir de “patrones inherentes a los sistemas simbólicos de la cultura; sus modalidades de lenguaje y discurso, las formas de explicación lógica y narrativa, y los patrones de vida comunitaria mutuamente interdependientes” (p.48), es decir, una estrecha relación entre la vida de las sociedades propiamente tal y el rescate de esas historias a través del lenguaje en su forma discursiva narrativa.
Mancilla (2013) expuso diez razones por las que es necesario aprender a contar historias, entre las que se destaca que las narraciones sitúan al oyente en modo de aprendizaje. Para esto recurre al argumento esgrimido por Margaret Parkin, quien afirmó que contar historias desarrolla un estado emocional de curiosidad que nos hace más receptivos e interesados en la información que se plantea. Bruner (2002) afirmó que los hechos se recuerdan veinte veces más si son parte de una historia, más que si se habla de datos o cifras. En la misma línea, Vygotsky mencionó que “la estructura de la memoria mediatizada debe verse como narrativa, ofreciendo sus resultados en virtud del significado de los factores mediacionales empleados… Recordamos construyendo narraciones que requieren evocación de hechos del pasado para su conclusión inteligible” (en Bakhurst, 1990, p. 229).
Bajo estos argumentos cabe preguntarse por el valor pedagógico que poseen las narraciones ¿Cómo se puede usar esta herramienta para generar aprendizaje en los estudiantes? Algunas opciones serían: dotar de un valor contextual a los contenidos curriculares dentro un marco narrativo, entregar los antecedentes y la progresión cultural de lo que enseñamos, fundamentar por qué es importante para el presente los contenidos seleccionados por la cultura, saberes que a su vez serán los relatos transmitidos a las próximas generaciones; por otra parte obliga a los educadores a desarrollarse y convertirse en contadores de historias, para darle más significatividad a lo enseñado, para que estos saberes estén presentes de manera viva en la memoria, tal como la historia de nuestras vidas.
Claudio Pizarro
Coordinador Área Lenguaje y Comunicación
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Referencias bibliográficas:
Bakhust, D. (1990) La memoria social en el pensamiento soviético. En Middleton, David y Edwars, Derek (comps.) Memoria Compartida. La Naturaleza Social del Recuerdo y del Olvido, pp.221-243. Barcelona: Paidós, 1992.
Bruner, J. (1990). Actos de significado. Más allá de la revolución cognitiva. Madrid: Alianza.
Bruner, J. 2002). La fábrica de Historias. Derecho, Literatura, Vida. Buenos Aires: Fondo de cultura económica.
Mancilla, V. (2013) 10 Razones por las cuales necesitas aprender a contar historias, disponible en:
http://www.liderazgohoy.com/razones-aprender-a-contar-historias/
Mendoza (2004). Las formas del recuerdo: la memoria narrativa: Athenea Digital, 6. Disponible en
Http://Antalya.uab.es/athenea/num6/mendoza.pdf