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¿Sabías que… las prácticas de evaluación son un factor relevante de inclusión en el aula?

Dado que todas las personas somos únicas e irrepetibles, y poseemos diferentes capacidades y niveles de competencias en diversas áreas, la Educación debiese atender a todos sus estudiantes sin excepción, favoreciendo el logro de la máxima potencialidad individual.

La Fundación Nacional de Discapacidad [FND] (2014) declara que el 42% de las personas con discapacidad no termina su escolaridad básica, lo que permite preguntarse si los centros educativos donde fueron educados, utilizaron las metodologías y sistemas de evaluación pertinentes para que todos los estudiantes pudieran desplegar sus potencialidades para participar y acceder al currículum, especialmente los estudiantes con Necesidades Educativas Especiales.

La investigadora Rosa Blanco (2011) asegura que los países que poseen currículos abiertos y flexibles, como el chileno, pueden ajustarse para atender a la diversidad, sin embargo los diseños de aula no suelen ser inclusivos ya que prevalece sesgo hacia determinadas áreas de aprendizaje, que limitan el pleno desarrollo y el éxito de aquellos estudiantes con más competencias en otras áreas. Sin duda que el desafío curricular implica la generación de resultados equiparables para todos los estudiantes, donde exista un currículum central accesible para quienes presentan NEE y para quienes no, donde todos puedan demostrar sus aprendizajes.

Qué, cómo y cuándo conocer los aprendizajes de los estudiantes es un importante desafío ya que implica tomar decisiones pedagógicas pertinentes y atingentes para la efectiva consecución de éstos. Como plantea Hopkins (1989) en Moreno-Olivos (2010), la evaluación es adecuada sólo si sirve para enriquecer plenamente a las personas que en ella intervienen, favoreciendo entre otros elementos, la confianza y el deseo de continuar aprendiendo a lo largo de la vida.

Duk y Loren (2010) abordaron en un estudio realizado por la Universidad Central en colaboración con el Ministerio de Educación de Chile, la dificultad del sistema educativo para responder a la heterogeneidad y la diversidad de necesidades educativas de los estudiantes, perpetuando la desigualdad de origen de éstos. Los establecimientos y los docentes no tienen las herramientas necesarias para diversificar la respuesta educativa para estudiantes con Necesidades Educativas Especiales, ni lineamientos técnicos ni procedimientos para flexibilizar los criterios de evaluación y promoción de los estudiantes que no cumplen con los requisitos establecidos en el marco curricular común.

Armstrong (2014) plantea que la teoría de las Inteligencias Múltiples, descrita por Gardner, propone una reestructuración de la manera de evaluar el avance de los estudiantes, ya que considera diversas áreas de interés, potencialidad y habilidades individuales. La evaluación auténtica e ipsativa es una solución pertinente. Ésta permite al educador recoger una percepción directa de la experiencia única del estudiante, considerar el contexto para interpretar y observar el aprendizaje, reconocer la individualidad de cada estudiante, dar a todos las mismas posibilidades de demostrar su aprendizaje, aportar información útil para el proceso de aprendizaje, evaluar de forma progresiva, y comparar el avance de los estudiantes con sus propios logros.Este paradigma evaluativo es el que permite responder mejor a la diversidad y especialmente a estudiantes con NEE, ya que las adecuaciones curriculares significativas implementadas a través de la evaluación, pueden desarrollarse de manera armónica al propio avance de los aprendizajes del currículum, sin tensionar las concepciones que regulan la evaluación y promoción de los estudiantes en nuestro sistema educativo.

Sin duda, los desafíos en la evaluación de aprendizaje, sobre todo en nuestro país, son múltiples y se relacionan al menos en tres niveles: crear culturas inclusivas, elaborar políticas inclusivas y desarrollar prácticas inclusivas. Requerimos entender la evaluación como instancia en que cualquier estudiante pueda demostrar su aprendizaje, comparado con su propia progresión. ¿Estás listo para asumir este desafío?

María José Palmero B.
[email protected]
Coordinadora Área Psicología

Referencias Bibliográficas
Armstrong, T. (2014). IM y la evaluación. 6º reimpresión. Barcelona: Book print.
Blanco, R. (2011). Educación inclusiva en América Latina y el Caribe. Santiago: Estudios e Investigación.
Duk, C; Loren, C (2010) Flexibilización del currículo para atender la diversidad. U central. Stgo: REICE.
[FND] Fundación Nacional de Discapacidad (2014). Recuperado de http://www.fnd.cl/index.html
Moreno-Olivos, T. (2010). Lo bueno, lo malo y lo feo: las muchas caras de la evaluación. Revista Iberoamericana de Educación Superior (ries), México, vol. I, núm.2, pp. 84-97.