Coordinadora Área Psicología
Un educador efectivo es aquel que favorece que el aprendizaje se construya por los mismos estudiantes y es así como el planteamiento de preguntas claves –atingentes, motivantes y de la manera y momento oportuno- es crucial. Sabemos que las clases exclusivamente expositivas no son efectivas en un mundo globalizado como el que habitamos, donde los conocimientos están a la mano, veinticuatro – siete, trescientos sesenta y cinco días al año, hoy lo más importante es la conducción de los procesos de aprendizaje de la manera y en el momento adecuados, con énfasis en los procesos metacognitivos que subyacen dichos procesos. También sabemos que el aprendizaje tiene lugar en la medida en que responde una pregunta a la base del estudiante, entonces cabe preguntarse: ¿estamos intencionando las preguntas adecuadas en la enseñanza de nuestros estudiantes?, ¿activamos la curiosidad por aprender al mismo tiempo que reconocemos conocimientos previos?
En las prácticas socráticas se desarrolla un diálogo intelectual, sustentado en un análisis de texto, que promueve la discusión de las ideas y permite la formación de opiniones razonadas y autónomas en los alumnos. Por esto mismo, resulta una herramienta enriquecedora de los procesos de aprendizaje.
El Método Socrático es una estrategia para promover el pensamiento crítico a través de la formulación de preguntas por parte del docente, en vez de darle respuestas a los estudiantes. Este método promueve la discusión de ideas permitiendo la formación de opiniones razonadas y autónomas de los alumnos, mediante el uso de preguntas y conducción del diálogo. Pueden observarse seis tipos de preguntas socráticas:
1) Preguntas conceptuales aclaratorias
ü ¿por qué dices eso?
ü ¿qué quieres decir exactamente esto?
ü ¿Cómo se relaciona esto con lo que hemos venido hablando, discutiendo?
ü ¿cuál es la naturaleza de…?
ü ¿qué es lo que ya sabemos respecto a esto?
ü ¿puedes darme un ejemplo?
ü ¿lo que quieres decir es… o …?
ü ¿por favor, puedes re frasear lo que dijiste?
2) Preguntas para comprobar conjeturas o supuestos
ü ¿Qué más podríamos asumir o suponer?
ü ¿parece que estás asumiendo que…?
ü ¿cómo escogiste estos supuestos?
ü ¿por favor explica por qué o cómo?
ü ¿qué pasaría si…?
ü ¿estás de acuerdo o en desacuerdo con…?
ü ¿cómo puedes verificar o negar ese supuesto?
3) Preguntas que exploran razones y evidencias
ü ¿por qué está sucediendo esto?
ü ¿cómo sabes esto?
ü ¿puedes mostrarme?
ü ¿me puedes dar un ejemplo de esto?
ü ¿cuáles son las causas para que suceda…? ¿por qué?
ü ¿cuál es la naturaleza de esto?
ü ¿son estas razones suficientemente buenas?
ü ¿podría defenderse en un juicio?
ü ¿cómo se podría refutar?
ü ¿cómo podría yo estar seguro de lo que estás diciendo?
ü ¿por qué está pasando…?
ü ¿por qué…?
ü ¿qué evidencia existe para apoyar lo que estás diciendo?
ü ¿en qué autoridad o experto basas tu argumento?
4) Preguntas sobre puntos de vista y perspectivas
ü ¿de qué otra manera se podría mirar o enfocar esto… parece razonable?
ü ¿de qué otras maneras alternativas se puede mirar esto?
ü ¿podrías explicar por qué es esto necesario o beneficioso y a quién beneficia?
ü ¿cuál es la diferencia entre… y…?
ü ¿cuáles son las fortalezas y debilidades de…?
ü ¿cuál es la similitud entre…?
5) Preguntas para comprobar implicaciones y consecuencias
ü ¿y entonces qué pasaría?
ü ¿cuáles son las consecuencias de esa suposición o conjetura?
ü ¿cómo puede… usarse para…?
ü ¿cuáles son las implicancias de…?
ü ¿de qué manera… afecta…?
ü ¿en qué forma… se conecta con lo que aprendimos antes?
ü ¿por qué… es importante?
ü ¿qué estás insinuando?
6) Preguntas sobre las preguntas
ü ¿cuál era el punto de formular esta pregunta?
ü ¿por qué crees que formulé esa pregunta?
ü ¿para qué nos sirve darnos cuenta de eso?
¡Atrévete a utilizar este método para ayudar a que tus estudiantes construyan el conocimiento!