Incorporar la innovación educativa como eje articulador de la formación inicial docente y del quehacer de un educador, es sin duda, un aspecto diferenciador que contribuye a la excelencia de los procesos de enseñanza y aprendizaje y mejora el status docente al promover en él características específicas que le agregan mayor profesionalismo a su actuar.
El concepto de innovación lo podemos encontrar en cualquier terreno y con variados significados. Si bien, se ha desarrollado en muchos ámbitos y se cuenta con una difusión teórica bastante consolidada, no ocurre lo mismo en el área educativa. Éste se introduce, como tal, en el discurso educativo hacia los años sesenta, principalmente gracias a los trabajos de Pascual, Nichols y Havelock y Huberman; más adelante se incorporan los estudios de Imbernón, de la Torre y Fullan, entre muchos otros.
La innovación educativa se vincula a un sinfín de términos como indagar, descubrir, reflexionar, criticar, proponer, introducir, cambiar, transformar y mejorar. Es importante señalar que un proyecto de innovación educativa no es un asunto de expertos investigadores, sino de profesionales interesados en innovar y mejorar sus prácticas. Cualidad esencial que debe poseer un docente que es especialista en su área de estudio; la educación.
Los ámbitos de la innovación en educación dicen relación con lo curricular, lo metodológico, lo evaluativo, los materiales, entre otros; cuyo propósito general es mejorar las prácticas educativas en su sentido más amplio.
Las competencias más relevantes que desarrollan nuestros estudiantes al realizar su proyecto de innovación educativa, son:
× Desarrolla la observación, en pos de seleccionar problemas pedagógicos relevantes que le permitirán al docente adquirir una perspectiva más profunda y compleja de la realidad.
× Establece relaciones significativas entre los distintos saberes que entrega el PFP, que permiten enriquecer la propuesta de innovación y aprende a trabajar interdisciplinariamente. Esto aporta a la construcción de relaciones profesionales y de trabajo en equipo.
× Analiza el contexto educativo, que es siempre cambiante, desde la reflexión y búsqueda de posibles soluciones a las necesidades y demandas pedagógicas detectadas.
× Sustenta sus ideas en fundamentos teóricos que enriquecen la práctica pedagógica cotidiana.
× Diseña un proyecto de innovación que responde a las necesidades de una realidad educativa concreta, a la luz del diagnóstico del contexto educativo en el cual está inmerso, desarrollando una reflexión teórico-práctica sobre las vivencias, experiencias e interacciones en el aula.
× Aplica y evalúa un proyecto de innovación que cuenta con coherencia entre los elementos internos de éste: el problema seleccionado, los objetivos planteados, las actividades a realizar, los indicadores de evaluación y el presupuesto a requerir. Reconoce que el proyecto deben ser claro y preciso, factible de alcanzar, medir y verificar su ocurrencia.
Estas competencias, entre muchas otras, imprimen en los alumnos y egresados de nuestras carreras de Pedagogía de la UDD una actitud de compromiso y creatividad que los obliga a trascender la rutina y la falta de horizonte que muestra nuestro sistema escolar, pues entrega las herramientas necesarias para que dicho alumno en formación y posterior, docente, se transforme en un agente activo, curioso y por sobretodo, motivado con la búsqueda de soluciones para mejorar procesos asociados a sus prácticas o a elementos externos que influyen en la correcta adquisición de aprendizajes por parte de sus estudiantes
Pilar Mery D.
Directora Programa de Formación Pedagógica
Santiago