Por María José Palmero B.
Coordinadora Área Psicología
El Ministerio de Educación de nuestro País ([MINEDUC], 2005) define la convivencia escolar como “la interrelación entre los diferentes miembros de un establecimiento educacional, que tiene incidencia significativa en el desarrollo ético, socio afectivo e intelectual de alumnos y alumnas. Esta concepción no se limita a la relación entre las personas, sino que incluye las formas de interacción de los diferentes estamentos que conforman una comunidad educativa, por lo que constituye una construcción colectiva y es responsabilidad de todos los miembros y actores educativos sin excepción”. Esta mirada pone de relieve el rol docente, pero no desde aquella autoridad que impone cómo se deben comportar los niños y adolescentes en el contexto educativo, sino que: