Por Carmen Gloria Garrido
Directora Programa de Formación Pedagógica Concepción
El proceso de aprender no siempre es un camino fácil y libre de obstáculos. Es tarea de los profesores hacer que este proceso se transforme en una experiencia agradable y que tenga efectos positivos no sólo en el aspecto cognitivo sino también en las emociones de todos los estudiantes. Como profesores podemos ayudar a nuestros alumnos (as) si trabajamos la práctica reflexiva en forma individual y con nuestros colegas.
¿Qué significa reflexionar? Para Valverde (1982) reflexionar implica examinar nuestras vivencias, comportamientos, prácticas y efectividad a través de dos preguntas básicas: ¿qué estoy haciendo? y ¿por qué lo estoy haciendo? Con estas dos simples preguntas tenemos la oportunidad de unir la teoría y la práctica, de analizar nuestras creencias y acciones. En otras palabras, tenemos la oportunidad de expandir y mejorar nuestras estrategias de enseñanza para mejorar la calidad de las oportunidades de aprendizaje que entregamos a nuestros estudiantes.
¿Cómo podemos recoger información que nos ayude en este proceso? Sin duda nuestros propios estudiantes son una fuente esencial de información. Para obtener información podemos usar la observación o algunas preguntas simples que puedan entregarnos información. Es importante recordar que debemos focalizar nuestra atención. Por lo anterior, Penny Ur (2005) sugiere realizar preguntas a nuestros estudiantes tales como : siento que estoy aprendiendo mucho, más o menos, poco , cómo me siento en clases, las cosas que gustaría hacer menos en clases o las cosas que me gustaría hacer más en clases son…,etc. Otra fuente de información son los diarios de los profesores. Escribir algunas notas después de clases pueden ayudarnos a recordar hechos importantes. Para aquellos profesores con menos experiencia, nuevamente una guía de preguntas puede ser de gran utilidad. Estas preguntas pueden estar dirigidas a los objetivos de la clase (¿fueron comprendidos por los estudiantes, se lograron los objetivos, qué fue muy fácil o muy difícil, etc.?), las actividades y materiales (¿los materiales ayudaron a la actividad, mantuvieron a los estudiantes enfocados en la tarea, necesitan ser modificados?), el manejo de la clase (¿usé distinto patrones de interacción, las instrucciones fueron bien comprendidas, todos tuvieron la oportunidad de participar, etc.?). Finalmente, el compartir experiencias con otros colegas nos puede ayudar a encontrar solución a nuestras dificultades o a mejorar nuestras prácticas.
¿Cuáles son las etapas de la práctica reflexiva? Schön (1983) divide el ciclo en las siguientes etapas: primero recordar los hechos tratando de obtener tantos detalles como sea posible, luego buscar razones y explicaciones reconstruyendo los eventos en base a diferentes bases teóricas. Y finalmente decidir acciones remediales.
No hay duda que el desarrollo de habilidades reflexivas toma tiempo y esfuerzo. Sin embargo, lo beneficios son múltiples. La reflexión no sólo permite mejorar nuestra práctica docente de manera de ayudar a todos los alumnos (as) aprender sino también nos permite compartir con nuestros colegas y examinar nuestras creencias desde distintos puntos de vista.