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Actualidad

Kínder Obligatorio

Por Jimena Díaz Cordal, Directora de Pedagogía en Educación de Párvulos

En Chile, aproximadamente el 95% de los niños de cinco años participan de la Educación Parvularia, en escuelas subvencionadas y particulares y en jardines infantiles, por lo que contamos prácticamente con “cobertura universal” en ese tramo.

Frente a esto, la ley que modificará la Constitución para hacer obligatorio el kínder, recientemente anunciada por el Presidente Piñera, aportará fundamentalmente en la línea del mejoramiento de la calidad de la educación. Sin embargo, la obligatoriedad y la calidad no tienen una relación causal, por lo que será preciso establecer un conjunto de orientaciones referidas a lo que los niños van a aprender, cómo lo van a aprender, para qué lo van a aprender y cómo se evaluarán estos aprendizajes.

En este contexto, positivo y de avance, hay que considerar que la obligatoriedad del Kínder implica un cambio en la cultura y de la gestión escolar, además de definir ciertos criterios, por ejemplo, de    promoción a 1° Básico o si se establecerán exigencias referidas a este nivel educativo y a la prueba SIMCE.

¿Tendrá la obligatoriedad impacto en los factores que influyen en la calidad? Para que esto sea efectivo habrá que pensar, por ejemplo, en decretos que regulen el espacio educativo y verificar la asignación de más metros cuadrados por niño, atendiendo a los parámetros de la OCDE;  redefinir el número de niños por curso; la cantidad de adultos por sala o coeficiente técnico; o la cantidad y variedad de material educativo.

Además de este escenario, es fundamental revisar cómo se reflejará la obligatoriedad en las familias del 5% de niños que no participan en la Educación Parvularia actualmente. Según información del Ministerio de Educación, este porcentaje corresponde en gran parte a menores que viven en zonas rurales de alta dispersión geográfica, lo que los imposibilita a asistir diariamente a la escuela, y a niños con discapacidades complejas. Otro desafío, además de la calidad, que sería bueno incluir en esta reforma.

Jimena Díaz Cordal
Directora de Pedagogía en Educación Parvularia
Universidad del Desarrollo