María Luisa Silva, fue una destacada profesora, educadora de párvulos y escritora de cuentos infantiles. Sus libros impactan día a día a cientos de niños, fomentando su lectura e inventándolos a descubrir nuevos mundos llenos de magia y humor.
A ella siempre le gustó inventar historias, contaba que antes de que supiera leer, se sentaba en su jardín e inventaba cuentos. Apenas comenzó a escribir, empezó a plasmar sus inventos y fantasías en el papel. Al principio se dedicó a la literatura adulta, hasta que finalmente encontró su vocación en la literatura infantil. Le gustaba mucho jugar con palabras rítmicas y las onomatopayes, que tanto le gustan a los niños. Además, disfrutaba visitando colegios, contando sus historias en verso, cantando y haciendo adivinanzas, dejando encantados a los alumnos, y a la vez, incentivando la lectura.
«Siento que tengo facilidad con los niños, será porque nunca dejé de ser niña. Pienso que la poesía nos une cuando uno se las lee a los niños pues ellos tienen una comprensión innata hacia los versos y estrofas especialmente si tienen ritmo» decía María Luisa.
María Luisa también participó muchos años en IBBY Chile, Organización para el Libro Juvenil, asistiendo a las reuniones y ferias del libro; y participando junto a sus integrantes con quienes estableció lazos de amistad que duraron para toda la vida. Sus libros también viajaron a otros países, especialmente a España en donde estuvo en la Fundación Sánchez Ruipérez de Salamanca dedicada al fomento lector infantil.
Los primeros libros que escribió fueron «Versos para Soñar y Jugar», «El cumpleaños del Señor Pulpo», «Lirín, Lirón, la luna en camisón» y «Los monstruos, los buenos monstrous».
También publicó «A girar girasol», «Lo que traían las olas», «El fantasmita y otros seres mágicos», «La vaca Azucena», «Versos and Verses», que fue lista de honor del IBBY en 1996 y traducido por Valerie Moir.
Otras de sus publicaciones fueron ¨El gato García¨, ¨El gorila Razán¨, ¨El mono Jacobo¨, ¨El problema de Martina¨, ¨El doctor Orangután¨, ¨Fantasmas en la casa rodante¨, ¨El tiburón va al dentista¨, ¨Así vivimos las brujas¨ y muchos otros, algunos de los cuales fueron premiados tales como La fiesta de la Vaca y Reina Ronda.
Sus poemas cobraron vida con el grupo Zapallo, quién musicalizó varios de sus versos, haciendo interactuar a los niños con sus títeres y marionetas.
Hoy en día sus libros han ido transendiendo los años y de las fronteras, invitando a los niños a navegar en el mundo de la lectura, haciéndolos reír, jugar y soñar.
Por su trayectoria y en su honor es que desde la Facultad de Educación quisimos ponerle su nombre a la medalla que reconocerá las publicaciones que incentiven la lectura en los primeros lectores.