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El Mercurio | María Luisa Salazar profundiza en las prioridades en educación inicial que debería considerar el próximo gobierno

Poner “el foco en educación inicial” será uno de los ejes del gobierno de José Antonio Kast, según explicita su programa presidencial. Entre otras medidas, el documento señala que los esfuerzos “estarán puestos en asegurar el aprendizaje en todos los niveles, con énfasis en los iniciales” y plantea el fomento de “programas educativos del mayor estándar pedagógico, pues parte importante del desarrollo del ser humano se juega en los primeros años de vida”.

Ante la llegada de un gobierno que promete relevar la educación parvularia, “El Mercurio” consultó a académicos y especialistas del área qué puntos debiesen ser prioridades en los próximos años y por qué.

Para María Luisa Salazar, directora de la carrera de Pedagogía en Educación de Párvulos de la U. del Desarrollo, un punto clave es dotar de mayor valor social a esta etapa educativa.

“A pesar de la evidencia nacional e internacional que demuestra que la educación parvularia es una etapa decisiva para el desarrollo cognitivo, socioemocional e integral de las niñas y niños, sigue predominando una mirada asistencial, que la concibe como un espacio de cuidado y no como el primer nivel del sistema educativo. Esta percepción impacta directamente en las decisiones de las familias —que retrasan o evitan la matrícula, especialmente en sala cuna y niveles medios—, y también en la decisión de los jóvenes de optar por formarse como educadores de párvulos”.

En ese sentido, Salazar insiste en que no es posible generar mejoras sin condiciones adecuadas para el trabajo pedagógico.

“Lo que más impacta en el desarrollo y aprendizaje de niños y niñas en la primera infancia son las interacciones educativas de calidad, y estas dependen directamente de equipos estables, bien formados y con tiempo real para planificar, reflexionar y acompañar los procesos de aprendizaje. Hoy muchas educadoras y técnicos trabajan bajo una alta sobrecarga, con escasos tiempos no lectivos, poca posibilidad de trabajo colaborativo y limitado apoyo al liderazgo pedagógico”, indica la académica.