“Decepcionante. Algo que no pasaba en años anteriores”, dice con un dejo de tristeza Pamela Fuenzalida, apoderada del Internado Nacional Barros Arana (INBA), que tiene bajo su tutela a dos alumnos de 1º medio en el recinto, y quienes, a pesar de contar con todos los requisitos, no fueron beneficiados este año con la Beca Presidente de la República, de la Junaeb.
“Niños muy inteligentes, con promedio sobre seis. Estaban muy esperanzados de obtenerla, y habría sido un gran alivio económico”, complementa, asegurando que el golpe fue sustantivo cuando se enteraron.
“Es segundo año que postulo a la Beca Presidente de la República, y nada. Tengo promedio 6,5, vivo en zona rural, súper lejos de mi liceo, estoy en el 40% de vulnerabilidad”, cuestiona otro usuario mediante redes sociales, que, como muchos otros, no fue elegido para el beneficio.
La Beca Presidente de la República está destinada a jóvenes de enseñanza media y superior, que presentan un destacado rendimiento académico, y que pertenecen a familias en situación de vulnerabilidad socioeconómica. Tiene dos niveles, puesto que es otorgada en enseñanza media, y es posible renovarla para seguir percibiéndola en el nivel terciario de educación (ver recuadro). El aporte mensual es de aproximadamente $62.500 desde 1º a 4º medio y de $85.000 para enseñanza superior.
(…) A pesar de que para esta beca existen cupos definidos, y “no es un derecho social, (puesto que) su adjudicación es resultado de un proceso que es competitivo”, según subraya Marcela Tenorio, psicóloga académica de la U. del Desarrollo, el no acceder a ella “puede fortalecer procesos de desesperanza aprendida (haga lo que haga, no sirve de nada), lo que se asocia con depresión, bajo rendimiento académico y deserción escolar”.