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Emol | Mauricio Bravo profundiza en las consecuencias que genera la disminución de matrículas en Pedagogía

El vicedecano de Educación UDD conversó con Emol sobre cuáles podrían ser los efectos de este fenómeno en el sistema educativo chileno y cómo debiera enfrentarse.

No solo se enfrenta a la pérdida de clases, la deserción escolar o el aumento de la violencia en los establecimientos, sino también a una preocupante disminución de las matrículas en carreras de Pedagogía y las consecuencias que ello podría acarrear para la educación del país.

Según el Centro de Estudios (CEM) del Ministerio de Educación (Mineduc), entre 2018 y 2022 se registró una caída del 43,3 % en la matrícula de primer año en esta carrera, junto a una reducción del 17,9 % en la oferta de programas.De acuerdo con la matrícula preliminar de 2025, 13.288 personas se inscribieron en carreras de Pedagogía, lo que equivale al 9,4 % del total de matrículas preliminares en universidades adscritas al Sistema Único de Acceso a la Educación Superior.

Si se compara con años anteriores, la disminución es significativa: entre 2016 y 2018, esta cifra bordeaba las 19 mil matrículas.Efectos sobre el sistema educativo chilenoErnesto Treviño, investigador principal del Centro de Justicia Educacional UC, explica que las matrículas en Pedagogía han experimentado importantes fluctuaciones en los últimos años.

Si bien entre 2018 y 2022 se redujeron en un 43%, en 2023 aumentaron un 51% respecto de 2022, y en 2024 crecieron un 3 % en comparación con el año anterior.“Estas fluctuaciones son preocupantes y sus efectos podrían ser diversos.

Por una parte, los cambios en las matrículas afectan la disponibilidad de docentes para el sistema escolar, situación que varía según las diferentes regiones del país”, comenta.Por otro lado, y considerando la reducción de la tasa de natalidad, precisa que es esperable una baja progresiva en las matrículas de educación superior.

“A medida que ingresan nuevas generaciones, en teoría se requerirán menos docentes en el futuro.

Esto traerá, sin duda, presiones para reformular nuestro modelo de provisión y financiamiento de la educación, desde el nivel parvulario hasta el superior”, añade.En tanto, Geraldine Jara, directora de la carrera de Educación Parvularia y Prosecución de Estudios de la Facultad de Educación y Ciencias Sociales de la Universidad Andrés Bello, advierte que una de las principales consecuencias de esta tendencia es la reposición del cuerpo docente, particularmente en áreas críticas como Matemática, Ciencias y Educación Diferencial.“Esto se suma a las altas tasas de deserción docente.

Es una situación sumamente preocupante, que agudiza la presión sobre los equipos que actualmente están ejerciendo la docencia”, explica.Asimismo, señala que la disminución de docentes en los establecimientos genera mayor agobio laboral: “Hay poco espacio para trabajar las horas no lectivas, que son las que te permiten preparar material, innovar pedagógicamente y atender de mejor manera situaciones puntuales. Todo esto, en conjunto, impacta directamente en la calidad de los aprendizajes”.Desde la Subsecretaría de Educación Superior también advierten que una de las consecuencias más graves de esta caída en la matrícula es la creciente escasez de docentes idóneos y especialistas, especialmente en determinadas asignaturas y regiones del país.“Tal como lo han demostrado diversos estudios, el rol docente es el factor que más incide en el desarrollo y resultados de los estudiantes.

Una menor disponibilidad de profesionales capacitados puede afectar gravemente el funcionamiento óptimo del sistema escolar”, sostienen.Además, indican que la distribución desigual de estos profesionales profundiza las brechas existentes, afectando con mayor fuerza a territorios, establecimientos y comunidades que ya enfrentan desafíos educativos importantes. Disminución en la valoración de la carrera Mauricio Bravo, vicedecano de la Facultad de Educación de la Universidad del Desarrollo, comenta que esta situación proyecta un importante déficit de docentes en los próximos años, especialmente en asignaturas clave como Matemática, Ciencias y Educación Diferencial, así como en zonas rurales o extremas donde ya existen dificultades para atraer profesionales.“Esta escasez no solo limita la cobertura, sino que también provoca una sobrecarga para los docentes en ejercicio, lo que puede aumentar la deserción profesional y afectar la calidad del proceso de enseñanza-aprendizaje.

Además, el descenso sostenido de estudiantes ha obligado a algunas universidades a cerrar o reducir sus programas de Pedagogía, sobre todo en instituciones regionales, lo que limita aún más la oferta formativa disponible”, señala.Desde la Subsecretaría de Educación Superior explican que la disminución en la matrícula, así como el déficit de docentes idóneos y especialistas, responden a múltiples desafíos: desde la atracción a la formación inicial, pasando también por las condiciones de ejercicio profesional.“Se trata de un fenómeno que no solo afecta a Chile, sino que ha sido advertido a nivel global.

Por ello, el Mineduc ha impulsado una respuesta integral a través del Plan Nacional Docente, con una mirada sistémica que abarca desde el acceso a las carreras hasta la mejora de las condiciones laborales y la valoración social de la profesión docente”, indican.¿Cómo aumentar las matrículas?Desde la institución aseguran que la situación exige medidas urgentes.

Para revertir este escenario, el Ministerio de Educación —en conjunto con sus tres subsecretarías— ha desplegado una serie de acciones articuladas en torno al Plan Nacional Docente.

Estas buscan fortalecer la formación de los futuros docentes, mejorar sus condiciones laborales y promover una mayor valoración social de su rol.Entre las iniciativas, destaca, por ejemplo, los Programas de Atracción de Talento Pedagógico (PATP), que son programas de preparación y acceso a carreras de Pedagogía ejecutados por universidades, dirigidos a estudiantes de 3° y 4° medio con vocación temprana por la docencia.

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