De acuerdo a un nuevo análisis realizado por investigadores de la Facultad de Educación UDD, el número de menores inscritos para rendir exámenes libres pasó de 4.200 a 20.196, entre 2015 y 2022, evidenciando un aumento significativo en la demanda por esta modalidad.
Entre 2015 y 2022, el número de menores inscritos en el proceso de examinación de validación de estudios (exámenes libres) pasó de 4.200 a 20.196, evidenciando un aumento de 380%, de acuerdo a un análisis realizado por el Vicedecano de la Facultad de Educación Mauricio Bravo y el investigador de CIMA, Armando Rojas.
Este crecimiento, analiza, no ha sido acompañado de un enfoque integral que garantice la equidad en el acceso a recursos educativos ni el desarrollo integral de los menores. Esto genera desafíos significativos, como el acceso desigual a recursos educativos, la falta de soporte social y emocional adecuado, y la limitada capacidad del sistema para realizar un seguimiento efectivo de los resultados y del impacto en el desarrollo académico y personal de los estudiantes. Lo anterior aumentaría el riesgo de que los exámenes libres en menores de edad, lejos de ser una solución inclusiva, perpetúen desigualdades y no aseguren el pleno ejercicio del derecho a la educación
En definitiva, los investigadores, desarrollan y profundizar en cuatro problemas que trae consigo el aumento significativo de exámenes libres sin un apoyo integral
1.- Baja profundización curricular: Los exámenes libres evalúan los objetivos fundamentales y contenidos mínimos el currículum nacional en Matemáticas, Lenguaje, Ciencias Naturales y Ciencias Sociales. Esto generaría vacíos importantes en los aprendizajes esenciales, comprometiendo la formación integral de los estudiantes. Además, limita su capacidad para avanzar efectivamente en niveles educativos superiores, afrontar desafíos laborales y desarrollar habilidades críticas como el pensamiento analítico, la resolución de problemas o competencias transversales necesarias en el siglo XXI.
2.- Inequidad en la preparación: Los menores que rinden exámenes libres enfrentan desigualdades en su acceso a recursos educativos, perpetuando brechas en resultados que afectan especialmente a sectores vulnerables. Así, se compromete el derecho a una educación inclusiva y de calidad.
3.- Impacto del aislamiento social: La falta de interacción en un entorno escolar limita el desarrollo emocional y social de los menores, afectando habilidades clave como la colaboración y el trabajo en equipo.
4.- Carencia de trazabilidad: La falta de datos detallados sobre los menores que rinden exámenes libres dificulta evaluar el impacto educativo y diseñar políticas efectivas. Un sistema de trazabilidad robusto es clave para mejorar la equidad y la efectividad de esta modalidad.
“Los menores que rinden exámenes libres están totalmente invisibilizados en las políticas educativas. Por tanto, es urgente implementar un sistema de registro y seguimiento que nos permita identificar las posibles brechas en sus aprendizajes para no exacerbar las desigualdades educativas”, comenta Mauricio Bravo, autor del documento.
¿Qué hacer?
Frente a esta situación los académicos sugieren concentrarse en cuatro líneas.
Profundización Curricular: rendir evaluaciones en al menos dos disciplinas adicionales, como arte, música, tecnología u otras áreas específicas del currículo nacional. Esto permitiría diversificar y enriquecer los aprendizajes, fomentando una formación más integral que no solo valore el desarrollo cognitivo, sino también el pensamiento crítico, la creatividad y la expresión emocional. Esta opción no solo respondería a las habilidades y talentos individuales de los estudiantes, sino que también fortalecería competencias transversales, mejorando su preparación para niveles educativos superiores y los desafíos del siglo XXI. los estudiantes para aprobar, pero también resaltan la necesidad de analizar si los estudiantes alcanzaron un dominio integral del currículo y si de esta forma se garantiza la calidad y equidad educativa.
Desarrollo de un programa de apoyo educativo equitativo: Implementar un programa nacional de tutorías gratuitas y acceso a materiales pedagógicos digitales y físicos, enfocado en menores que rinden exámenes libres. Este programa debería priorizar a estudiantes en contextos vulnerables, garantizando el acceso a plataformas de aprendizaje en línea, guías de estudio basadas en las bases curriculares, y centros de apoyo presencial en zonas con alta demanda. Además, se podría incorporar capacitación para las familias que asumen la preparación de los estudiantes.
Evaluación del bienestar socioemocional: incluir para menores de edad que rinden exámenes libres una evaluación de bienestar socioemocional podría ser un paso clave para abordar las necesidades integrales de estos estudiantes. Este tipo de evaluación permitiría identificar aspectos críticos como el manejo emocional, la percepción de apoyo social y la resiliencia frente a los desafíos educativos. Este enfoque integraría el componente socioemocional al sistema, asegurando no solo la certificación académica, sino también el desarrollo integral y el bienestar de los menores en esta modalidad educativa.
Fortalecimiento de la trazabilidad y análisis de datos: Desarrollar un sistema centralizado y robusto de registro de datos sobre los menores que rinden exámenes libres, incluyendo variables como región, género, nivel socioeconómico, resultados, etc. Este sistema permitiría evaluar el impacto educativo y social de la modalidad, identificar brechas específicas y orientar decisiones basadas en evidencia. A partir de 2023, la obligatoriedad del registro en CERLIC debería ampliarse con informes anuales de resultados y análisis demográficos para fundamentar políticas más efectivas.
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