Señor Director: No es de extrañar que la matrícula en carreras de Pedagogía en Filosofía presente una baja. Los espacios para la filosofía en el currículum nacional son escasos. La filosofía se considera, desde las Bases Curriculares, solo en III y IV Medio. Entender la filosofía como una asignatura parece esconder su verdadero valor.
Cuando miramos la filosofía desde esta perspectiva, nos parece, en primer lugar, inabordable y, además, inútil. ¿Qué de todo aquello que se ha discutido desde hace más de 2.500 años tiene sentido y valor de ser enseñado a los escolares? ¿Con qué propósito, además?La verdad es que estas dos preguntas muestran su sinsentido si somos capaces de comprender la filosofía no como una asignatura en un sentido tradicional, sino esencialmente como un modo de mirar, de preguntar, de cuestionar y de pensar el mundo.
En una época vertiginosa como la nuestra, plagada de (des)información, dominada por la incertidumbre, la rapidez y las posibilidades abiertas por la tecnología y la IA, se vuelve imprescindible educar en un modo de hacer frente a lo que se presenta como certeza. He aquí el lugar de la filosofía.
Mariana Gerias l.
Directora Académica Facultad de Educación UDD