El tercer cambio de gabinete del Gobierno del Presidente Gabriel Boric estuvo marcado por la salida de Marco Antonio Ávila (RD), cuya remoción del cargo de ministro de Educación ya se había analizado en los dos ajustes previos.
Su reemplazo había sido pedido ampliamente por distintos sectores políticos: era el secretario de Estado peor evaluado en las encuestas (34% de aprobación en la última Cadem) y se encontraba permanentemente cuestionado por la falta de medidas oportunas para reactivar la enseñanza luego de la pandemia y por priorizar una agenda que, según sus detractores, no apuntaba a las necesidades más urgentes del sistema.
Ávila dejó sonriente La Moneda y aseguró que se va “contento” tras 17 meses a cargo del Mineduc: “Logramos instalar la necesidad de reactivar el sistema educativo, que es la gran deuda tras la pandemia”, sostuvo.
“Uno siempre puede hacer más, pero hay que considerar que nosotros hemos hecho gestión con ninguna inyección importante de recursos. Lo que hemos hecho ha sido solamente eficiencia interna, reasignación de recursos para poder avanzar en la reactivación educativa y también otras múltiples demandas”, planteó en tono crítico, si bien el Mineduc es la cartera que más recursos recibe por parte del Estado (cerca de $14 billones).
Tras su salida, el exministro insistió en la necesidad de persistir en los focos de la gestión que encabezó: “Tenemos muchas deudas pendientes todavía; los cuatro proyectos de ley que estamos impulsando están escritos y ya revisados jurídicamente”.
Según detalló, se relacionan con las deudas educativas, la deuda histórica de los profesores, la “educación sexual integral”, que calificó como “una gran demanda de la ciudadanía”, y los cambios al sistema de aseguramiento de la calidad.
El mandatario escogió a Nicolás Cataldo (PC), quien dejó la Subsecretaría de Desarrollo Regional (Subdere) que ocupó desde septiembre de 2022 tras haber sido subsecretario de Educación bajo las órdenes del propio Ávila.
Preocupación
La designación del profesor de Historia y Ciencias Sociales, primer comunista en ocupar el cargo de ministro de Educación, generó inmediatas alertas desde la oposición.
El presidente de RN, senador Francisco Chahuán, apuntó al riesgo de “sobreideologizar” la cartera y afirmó que se trata de un cambio “cosmético”.
Mientras, el presidente del Senado, Juan Antonio Coloma (UDI), dijo que “lo más saliente de este cambio es el fortalecimiento en la alianza de gobierno del Partido Comunista”.
Además, Cataldo fue nuevamente cuestionado por sus publicaciones en redes sociales de hace años, las que habrían influido en que en el anterior cambio de gabinete finalmente no asumiera la Subsecretaría del Interior.
Así, además de sus tuits acerca del accionar de Carabineros, a cuyos funcionarios tildó de “torturadores” en 2011, reflotaron mensajes de ese mismo año, cuando escribió que “el futuro de la educación depende de los nuevos líderes estudiantiles y de la protesta, no de las imposiciones del Mineduc”.
En aquella época, Cataldo era asesor del Departamento de Educación y Perfeccionamiento del Colegio de Profesores, liderado entonces por el también comunista Jaime Gajardo.
Ayer, en sus primeras declaraciones como titular de Educación, el nuevo ministro señaló que “quienes ya me conocen en el trabajo político y técnico saben cuál es el estilo de trabajo que tenemos; amplio, con diversidad, no tengo la costumbre de anular a mi adversario por sus ideas, sino que espero construir en conjunto con ellos”.
Cataldo también invitó a “sentarnos a conversar, a estructurar una agenda que ponga en el centro las prioridades en materia educativa”, y planteó que “lo que esperaría es que educación no se vuelva una trinchera para la oposición”.
En su etapa como subsecretario de Educación, el nuevo secretario de Estado estuvo encargado de mantener las relaciones con el Colegio de Profesores.
Por ejemplo, protagonizó la presentación de la primera etapa del plan para pagar las deudas a los docentes que les corresponda.
Y aunque Cataldo se ha mostrado alineado con las demandas del gremio docente, preocupa que iniciar una nueva administración retrase el diálogo a pocos días de que el magisterio decida si concreta el paro indefinido, en el marco de la movilización “ascendente” que lleva adelante en las últimas semanas.
Con todo, según Ernesto Treviño, investigador del Centro de Justicia Educacional UC, la llegada del profesor del PC podría “ayudar a destrabar las conversaciones” con el gremio para reducir la posibilidad de que se produzca el paro.
Desafíos
Lejos de la agenda del Colegio de Profesores, académicos coinciden en que las prioridades de la cartera no deben desviarse de la reactivación educativa.
El exministro de Educación Gerardo Varela plantea que “la prioridad sigue siendo cómo recuperar el tiempo perdido” y “terminar la violencia en los colegios, eso es clave”.
Por su lado, Raúl Figueroa, director ejecutivo del Instituto de Políticas Públicas de la U. Andrés Bello y también exministro de Educación, cree “fundamental que se despeje rápidamente que ni la condonación del CAE o el pago de la deuda histórica son los focos en que deben concentrarse los recursos, sino poner todo el foco en los aprendizajes, en la recuperación de la asistencia, en la continuidad del sistema educativo”.
Para Mauricio Bravo, vicedecano de la Facultad de Educación de la UDD, las prioridades de Cataldo deben estar en terminar con la violencia escolar, que, según mediciones de la universidad, es una de las principales preocupaciones de los apoderados actualmente, así como la nivelación de los aprendizajes y el apoyo a los colegios en el aspecto socioemocional.
Por su parte, María Teresa Romero, presidenta de Escuelas Abiertas, coincide en que “llegó el momento de dejar de lado agendas particulares y negociaciones, y que todos los agentes de la sociedad se enfoquen en el bienestar de los niños”.
Trayectoria Hace 11 meses Cataldo era subsecretario de Educación, y llegó a la Subdere luego de su fallido nombramiento como subsecretario del Interior, en medio de las críticas que levantaron sus publicaciones en contra de Carabineros.