Señor Director: 

El aprendizaje al aire libre se ha transformado en un enfoque que ha dado mucho de qué hablar en diversos países debido a los impactos positivos que ha traído a los niños y niñas que aprenden a través de esta metodología.

Esto ocurre porque, al combinar lo que aprenden con la exploración del entorno natural, se transforman en protagonistas activos de su aprendizaje en donde se potencia la resolución de problemas, la imaginación, la experimentación, el trabajo en equipo, entre otros aspectos clave para el desarrollo de niños y niñas.

Algunos países, como Nueva Zelanda y Canadá, han sido pioneros en implementar esta metodología y el análisis de su impacto ha sido contundente: los estudiantes tienen mayor pensamiento crítico y resolución de problemas, impulsan la sostenibilidad ambiental y, lo que no es menor, la tasa de obesidad y de salud ha disminuido considerablemente en los establecimientos que aplican dicha técnica.

Teniendo en cuenta la necesidad de la reactivación educativa en nuestro país debido a las brechas generadas por la pandemia, es necesario evaluar la incorporación de este tipo de estrategias, las cuales requerirían de capacitar educadores, programas de educación ambiental en las escuelas y jardines y aumento de espacios en colegios.

Como estudiante de Pedagogía en Educación de Párvulos, sólo me queda preguntar: ¿Qué estamos esperando para implementar esta política pública en Chile?

Soledad Marín 
Estudiante Pedagogía en Educación de Párvulos
Universidad Del Desarrollo

Ver carta en El Mostrador.