En Chile, sólo el 40% de las mujeres están activas laboralmente, pero cuando éstas tienen hijos menores de tres años la cifra disminuye al 30%, según un estudio realizado por la psicóloga Marigen Narea (PUC), quien participó en el seminario “Rescatando el Rol Parental en la Educación”, organizado por las facultades de Educación y Psicología de la UDD, junto con la Fundación ALMA.
Esta realidad queda en evidencia cuando las madres deciden enviar a los niños a la sala cuna o dejarlos al cuidado de los abuelos, el segundo tipo de ayuda más usada en nuestro país, según el estudio.
“Lo que podemos ver es que los niños que están en sala cuna o siendo cuidados por las abuelas están levemente mejor en su desarrollo cognitivo que sólo estando con las madres. También vemos que están mejor alimentados, pero son más hiperactivos”, afirmó Narea.
Pero, ¿qué pasa cuando los abuelos no están disponibles y no hay capacidad económica para una sala cuna? Francisca Pérez, psicóloga e investigadora del MIDAP, afirmó en su exposición que “cuando la demanda sobrepasa los recursos se presentan síntomas depresivos en lo padres quienes, buscando una forma de evadir el problema, trabajan más horas fuera de la casa”.
“En las madres las cifras de depresión postparto fluctúan entre 10% y 30%. En el caso de los padres, la depresión afecta al 18% quienes manifiestan que les gustaría participar más en la crianza, pero no pueden porque se sienten responsables de proveer a su familia. Mientras el padre trabaja la madre está todo el día sola con los niños y esto la sobre pasa. Estos factores inciden en las relaciones parentales con los hijos” aseguró Pérez.
Frente a este panorama, la psicóloga Daniela Aldoney, investigadora del CARE UDD, sugiere que el padre o pariente que pasa mayor tiempo con el niño en la casa, debe usar las instancias del día para fomentar el lenguaje. “Por ejemplo, mientras están lavando la loza se puede iniciar una conversación sobre esa simple actividad tan cotidiana. O hablar de la comida y preguntarle al niño qué le parece y ése puede ser un momento de gran aprendizaje para él” agregó la experta.
Por otro lado, Paz Valverde, educadora de párvulos y docente de la Facultad de Educación de la UDD expresó que “los desafíos están en la alianza entre familia y escuela, conocerse en profundidad y aliarse a favor del desarrollo de los niños”.
En la misma línea, la Fundación ALMA, Aprendo a leer mamá, se preocupa de fomentar el gusto por la lectura compartida en los niños y un adecuado desarrollo socioemocional por medio de la relación parento-filial, vinculando a padres y familiares cercanos.
Macarena Escudero, educadora de párvulos y directora de la Fundación ALMA resalta especialmente el papel de las abuelas en este proceso, lo que concuerda con la presentación de Mariagen Narea. “Al tener las abuelas más tiempo y menos presión, porque ya cumplieron con la tarea de educar a los hijos, en estos casos, con los nietos se vuelven súper creativas y están muy abiertas a aprender. Terminan bastante involucradas con sus nietos en estos espacios de lectura”.
Durante la actividad, la Fundación ALMA aprovechó de realizar un reconocimiento a todas las monitoras que trabajan en los diferentes colegios por su trabajo en el fomento de la lectura y el apego.
Al término del seminario, tanto asistentes como expositoras, concluyeron que los desafíos son cada vez mayores en temas de educación y relaciones parentales y estuvieron de acuerdo en que es necesario fortalecer el vínculo entre escuela y familia.