Hace algunas semanas estuvo en Chile Hanan Al Hroub, la mejor profesora del mundo ganadora del Global Teacher Prize 2016. Ella es una maestra de aula que trabaja en un campo de refugiados palestinos. En medio de las bombas y el miedo, ha transformado su sala de clases en un lugar de paz, confianza y aprendizaje. A la violencia ha respondido con el juego, mediante elementos simples como panderetas, pelucas, pelotas y frutas.
El premio consiste en un millón de dólares, una suma común entre futbolistas y actores de Hollywood, pero que ahora es para una profesora de aula. La ceremonia de entrega del premio nada tiene que envidiarle a los Oscar; es simplemente espectacular. En esta dirección debemos avanzar: el importante rol que tienen los buenos profesores debe evidenciarse en su alta valoración social.
En la Facultad de Educación de la Universidad de Desarrollo, tuvimos el honor de recibir a Hanan Al Hroub, y en la sala donde conversamos por más de una hora, no cabía un alfiler. Los estudiantes de pedagogía no dejaban de preguntar, de aplaudirla, de admirarla, y ella con una sencillez emocionante, contestó cada pregunta como si nada la apurara, recordando historias difíciles con sus alumnos, mientras en la puerta había una fila de profesores de otras Facultades, administrativos, auxiliares; todos tratando de tener una foto con ella. Pensé en lo que provoca en las personas saber que están frente a un muy buen profesor, tenemos que hacer visibles a otros tantos excelentes profesores que hay en Chile, para que muchos jóvenes no sólo quieran sacarse una selfie con ellos, sino que quieran tener su profesión.
Chile tendrá su propia versión de este importante reconocimiento: Global Teacher Prize Chile, una iniciativa liderada por Elige Educar. Tendré el honor de ser jurado en este concurso y espero revisar muchas nominaciones. Durante estas semanas, cada niño podrá nominar a su mejor profesor en el sitio www.globalteacherprizechile.cl. Esta es una instancia para celebrar el compromiso, el entusiasmo y la calidad de tantos profesores que realizan su trabajo de modo excelente en el anonimato de su sala de clases. Gracias a este reconocimiento, por fin podremos hablar de lo que a todos nos importa: la calidad de la educación que reciben nuestros estudiantes.